William Hearst y Joseph Pulitzer, dos magnates de la prensa estadounidense, creadores de la prensa amarilla. Hombres poderosos capaces de iniciar, incluso, una guerra entre dos países, y todo, por las ansias del poder y el dominio total, por el simple hecho de querer destruirse el uno al otro.
La guerra de la prensa amarilla, producto de los enfrentamientos entre los periódicos de hearst y pulitzer, estuvo llena de mentiras, exageraciones y alteraciones de la verdad, los periodistas no sólo informaban del conflicto sino que muchas veces actuaban de exploradores o espías o empuñaban el fusil en la batalla. Y esta trajo como una de sus muchas consecuencias la guerra Hispanoamericana. Pero bueno, no podemos comenzar a hablar de este par de hombres sin primero conocerlos un poco más a detalle, puedo apostar que más de uno a escuchado de los premios Pulitzer, pues si, son en honor a Joseph Pulitzer o, mejor dicho, el dio los fondos para que estos premio anuales se estableciera y en la actualidad sean los galardones más prestigiosos entre los que se conceden en el ámbito estadounidense a las diferentes labores periodísticas.
Pulitzer nació en Hungría. En San Luis fue el propietario de un periódico local que le hizo ganar bastante dinero y, en 1883, compró el New York World convirtiéndolo en un año en un periódico de éxito por sus titulares escandalosos y sus dibujos. Pronto le llegó la competencia de la mano de William Randolph Hearts. Este último era hijo único de un propietario minero de California. Intentó que su padre le permitiera dirigir un periódico de San Francisco que el Senador había comprado para apoyar su carrera política. Durante un año trabajo en el World de Pulitzer y, a su vuelta a California, convirtió el San Francisco Examiner en el periódico de más tirada de la ciudad a base de sus escandalosos titulares.
En 1895 compró el New York Journal con la idea de competir con Pulitzer por el control del mercado de los Estados Unidos. Para este periódico La técnica de Hearts era contrató los mejores periodistas de la competencia y la de comprar a los periodistas de Pulitzer. Entre estos figuraba un dibujante que publicaba los domingos una tira de comics llamada "El Chico Amarillo". Hearts logró llevarlo al Journal. Pulitzer reaccionó contratando otro dibujante que continuó haciendo la tira del "Chico Amarillo". Ahora había un comic de este personaje en cada uno de los periódicos.
Por eso, para definir ese tipo de prensa, el serio y sesudo periódico New York Times, les denominó prensa amarilla, apelativo con el que hoy es conocida la prensa sensacionalista. Pulitzer harto de que sus trabajadores se fueran con Hearst, que les ofrecía el doble de lo que ganaban, se vio a obligado a desembolsar grandes cantidades de dinero, esta y otras medidas estaban colocando la situación financiera del grupo de Pulitzer, en dificultades pues estaban comenzando una guerra de precios. La presión del Journal hizo que Pulitzer rebajara su diario a 5 centavos, esta medida no lo afectó en lo absoluto ya que, al final, decidió bajar el precio a 1 CENTAVO con lo que logro obtener un alto índice de ventas mientras su rival las bajaba. Es así como El Journal se convirtió en solo un año en el segundo más leído en New York. Pero el gran deseo de Hearst no era solo tener el diario más vendido, era hundir a Pulitzer y Cuba fue la oportunidad perfecta que estaba esperando.
Como en Cuba faltaban los escándalos, era necesario crearlos y la segunda insurrección cubana en 1895 fue el pretexto para ello. Ya se sabe, los escándalos venden periódicos, provocan guerras y hacen ganar dinero aún a costa de la verdad.
Los corresponsales del Journal y del World se encaminaron
hacia Cuba, como muchos otros de diferentes periódicos americanos. La mayoría se
quedaron en los Cayos de Florida y en el Hotel Inglaterra de La Habana desde
donde enviaban falsos relatos suministrados por la Junta Cubana en Estados
Unidos o producto de su fértil imaginación. Pronto los lectores de los Estados
Unidos supieron de fantásticas batallas que nunca habían sucedido, exageradas
crueldades españolas o míticas y bellas amazonas cubanas que no tenían piedad
con el odiado español. Nunca supieron de las crueldades de los cubanos, de los
civiles y soldados degollados con machetes ni de las haciendas quemadas por los
insurrectos.
Uno de los falsos rumores se inicio con la voladura del Maine, la cual sirvió de pretexto a la prensa
amarilla para atizar el fuego anti español y llamar a la guerra. El mismo día de
la voladura del Maine, el capitán Sigsbee solicitaba que se calmara a la prensa
hasta que se hiciera una investigación de lo sucedido.
Sin embargo, al día
siguiente, el Journal de Hearts publica una devastador titular: "El Maine
partido en dos en La Habana por un infernal artefacto del enemigo”. La historia detras de este titular es que nada más Hearts se entero de la explosión del Maine por
medio de su amigo Teddy, llamó al director del Journal preguntándole cómo pensaba preparar la primera página del diario. El director contestó que iban a destacarse otras
noticias. La respuesta de Hearts fue clara: "no hay ninguna otra gran
noticia. Publica lo del Maine a toda plana. ¡Esto significa guerra!”
Cuba y las tensiones entre España y Estados Unidos fueron los ingredientes perfectos para armar todo un escándalo y vender más periódicos, pues como ya se sabe, estos gustan y mientras más exagerados, reveladores y comprometedores, mejor. Al final, tantas exageraciones, historias fantásticas y acontecimientos que nunca ocurrieron llevaron a una guerra. la guerra Hispanoamericana.La guerra de papel entre EE.UU. y España.
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